PARENTALIDAD POSITIVA

CONSEJOS PRÁCTICOS
SOBRE PARENTALIDAD POSITIVA Y BUEN TRATO

1. Hazle caso siempre: atiende y entiende sus demandas
El bienestar emocional y el correcto desarrollo del sistema nervioso del niño y de sus
capacidades (lenguaje, memoria, atención) depende de la respuesta protectora del adulto.
Si las necesidades del bebé no son atendidas rápidamente, experimenta ansiedad, tristeza
y frustración, sentimientos de indefensión que afectan negativamente a su desarrollo.
Conforme va creciendo, también necesita tu atención y que entiendas sus necesidades.

2. ¡Ármate de paciencia!
Cuando el niño o la niña tenga una rabieta, no quiera colaborar o se muestre esquivo,
ármate de paciencia. Puede ser por un sinfín de motivos (miedo, sueño, frustración,
inseguridad, querer conseguir algo que no le permites). Ayúdale a verbalizar lo que siente
y trata de confortarle. Añadir más tensión a la situación con gritos o amenazas no servirá

 

3. Pon normas claras, realistas y consistentes: ¡pero no cuando estés enfadado ni muy cansado!
A partir de los 3 años puedes introducir normas. Asegúrate de que tienen un sentido
claro, que les acompaña una explicación coherente y cuida que el lenguaje esté adaptado
a la etapa de crecimiento del niño o la niña. Desde pequeño tiene que tener claro que
hay límites, deberes y responsabilidades. Las normas se establecen sin amenazas, hablando
e implicando al niño o la niña y previamente a que surjan los conflictos, no en mitad
de una discusión. No deben ser percibidas como imposiciones o castigos, sino como
acuerdos necesarios para la convivencia.

4. Déjale participar en las decisiones: escucha su opinión
Permite que el niño o la niña a partir de los 5 años participe en el establecimiento de
normas de convivencia familiar y también en las posibles sanciones. Sentirá que su opinión
importa y desarrollará su sentido de la responsabilidad. Tu hijo o hija necesita saber qué se
espera de él o ella y cuál es su papel en la familia.

5. Demuestra abiertamente que le quieres con abrazos y atención
Cuidar el vínculo afectivo desde que es bebé y durante las distintas etapas de la
relación con tu hijo o hija, te ayudará a superar más fácilmente los conflictos cuando
surjan. Expresa siempre el cariño abiertamente (con palabras y gestos), dedica tiempo
a escucharle desde que es pequeño: qué le preocupa, qué le hace feliz, sus miedos. No
esperes a que tenga 14 años para hablar con él o ella ni para pedirle que confíe en ti, será
demasiado tarde. Y ofrece amor incondicional y apoyo siempre, te guste o no cómo es o
las cosas que piense o decida.

6. Asume los cambios que se producen en la adolescencia y adáptate a ellos
En la etapa adolescente debes asumir que la s necesidades e intereses de tu hijo o
hija cambian mucho. No te enfrentes a esa evolución, acompáñale en esa nueva etapa
ofreciéndole lo mismo que en las anteriores: afecto, diálogo y normas de convivencia.
Ofrécele información y conversa con él o ella honestamente de todos los temas que
puedan interesarle o preocuparle y de los que te preocupan a ti.

7. Practica la escucha activa con tu hijo o hija
Presta atención a lo que quiere decirte y devuelve esta información para asegurarte de
que lo has entendido. Trata de ponerte en su lugar y expresa cómo te sientes, para que él
o ella también te entienda a ti.

8. No recurras nunca a la violencia o la agresividad, no sirve para nada
No utilices actitudes agresivas como insultos, amenazas, reproches. No le compares
con otros niños. Las imposiciones de poder como “en mi casa se hace lo que yo diga”
o “aquí mando yo”, no sirven de nada, sólo generan sentimientos negativos, distancia y
desconfianza.

9. Respira hondo y piénsatelo dos veces
No pongas normas, sanciones o intervengas en un conflicto si estás cansado o furioso.
Puedes tomar decisiones erróneas o poco efectivas. No pongas sanciones poco realistas
que no podrán cumplirse, desproporcionadas o demasiado difíciles de alcanzar o
mantener.

10. ¡Cuídate y quiérete tú también!
Busca espacios para ti, para disfrutar y relajar te con algo que te guste. Ejercer una
parentalidad positiva requiere mucho esfuerzo y generosidad. Tu hijo o hija necesita que
seas feliz y estés en forma.



FUENTE: www.savethechildren.es/quieroquetequiero
                 Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad


SEMILLAS QUE CRECEN


SUEÑOS DE SEMILLA

En el silencio de mi reflexión percibo todo mi mundo interno como si fuera una
semilla, de alguna manera pequeña e insignificante pero también pletórica de
potencialidades.

...Y veo en sus entrañas el germen de un árbol magnífico, el árbol de mi propia
vida en proceso de desarrollo.

En su pequeñez, cada semilla contiene el espíritu del árbol que será después.
Cada semilla sabe cómo transformarse en árbol, cayendo en tierra fértil,
absorbiendo los jugos que la alimentan, expandiendo las ramas y el follaje,
llenándose de flores y de frutos, para poder dar lo que tienen que dar.
Cada semilla sabe cómo llegar a ser árbol. Y tantas son las semillas como son
los sueños secretos.

Dentro de nosotros, innumerables sueños esperan el tiempo de germinar,
echar raíces y darse a luz, morir como semillas... para convertirse en árboles.
Árboles magníficos y orgullosos que a su vez nos digan, en su solidez, que
oigamos nuestra voz interior, que escuchemos la sabiduría de nuestros sueños
semilla.

Ellos, los sueños, indican el camino con símbolos y señales de toda clase, en
cada hecho, en cada momento, entre las cosas y entre las personas, en los
dolores y en los placeres, en los triunfos y en los fracasos. Lo soñado nos
enseña, dormidos o despiertos, a vernos, a escucharnos, a darnos cuenta.
Nos muestra el rumbo en presentimientos huidizos o en relámpagos de lucidez
cegadora.

Y así crecemos, nos desarrollamos, evolucionamos... Y un día, mientras
transitamos este eterno presente que llamamos vida, las semillas de nuestros
sueños se transformarán en árboles, y desplegarán sus ramas que, como alas
gigantescas, cruzarán el cielo, uniendo en un solo trazo nuestro pasado y
nuestro futuro.

Nada hay que temer,... una sabiduría interior las acompaña... porque cada
semilla sabe... cómo llegar a ser árbol...



JORGE BUCAY

COMUNICACIÓN ASERTIVA - TEST

¿¿ CÓMO nos COMUNICAMOS ??

Al comunicamos, además de con nuestro lenguaje no verbal, con los distintos estilos de comunicación y según el estilo que utilizamos, revelamos muchas cosas sobre nosotros. Uno de los conceptos que más importancia tienen en el estudio de los estilos de comunicación, es la ASERTIVIDAD.

En el estilo de comunicación que empleamos, imprimimos nuestro propio sello personal. Las personas que conviven con nosotros podrían decir, con escaso margen de error, cómo vamos a responder ante una determinada situación...De alguna forma adoptamos un estilo de comunicación: Pasivo, Asertivo, Agresivo o una combinación de ellos.



¿¿ QUÉ es la ASERTIVIDAD ??

Hay varias acepciones, podríamos definirla como "una habilidad de comunicarse con los demás de una forma eficaz, clara y cómoda, aunque exista conflicto de intereses, defendiendo los propios derechos y a la vez teniendo en cuenta y respetando los derechos de los demás".

La asertividad no es algo con lo que se nace, es decir, una característica de tu personalidad, sino que es algo aprendido. Como algo aprendido que es, se pueden adquirir todas estas habilidades de comunicación cómoda pero asertiva cuando uno lo desee, con mayor o menor dificultad, asi que mucho ánimo.


TEST de ASERTIVIDAD
Lee detenidamente este test autoaplicable y mira qué cosas te gustaría cambiar.

Defender tus propios derechos
1. Si te tratan de forma injusta ¿te resulta difícil exponer tranquilamente tus derechos?
2. ¿Sientes con frecuencia que no tienes los mismos derechos que los demás?
3. ¿Crees haber aceptado, en varias ocasiones, situaciones inadmisibles?

Rechazar peticiones, saber decir “no”
4.
Cuando te piden un favor que no deseas hacer ¿te cuesta decir “no” y quedarte tranquilo/a?
5. ¿Sientes que muchas veces que los demás se aprovechan de tu tendencia a complacerlos?
6. ¿Has sufrido en varias ocasiones una reacción emocional desmesurada por la sensación de que los demás abusan de tu tendencia a "aceptarlo todo"? Pedir favores y hacer peticiones
7. ¿Te resulta difícil tomar la iniciativa en expresar tus deseos?
8. Si la conducta de otra persona te molesta, ¿te cuesta decírselo y pedirle que cambie su comportamiento contigo? ¿De que forma te sale?
9. ¿Te sientes incómodo/a cuando te hacen un favor y no sabes qué decir?
10. Cuando pides un favor que tú estarías dispuesto/a a hacer sin demasiada dificultad ¿te sientes algo violento?

Pedir cambio de conducta en el otro
11. ¿Te cuesta decir por ejemplo: “mira, esto a mi no me lo hagas, cambia tu comportamiento conmigo? Actuación por exceso (agresivo)
12. ¿Acostumbran a tenerte por una persona agresiva o despiadada cuando decides decir lo que piensas?
13. Cuando decides expresar tu desacuerdo u opiniones a los demás, ¿suelen sentirse agredidos, dolidos, o reaccionar defendiéndose de lo que consideran un ataque personal?

Expresar sentimientos positivos (amor, agrado, afecto) y negativos (desagrado, disgusto, expresión justificada de ira)
14. ¿Te cuesta expresar tu amor, decir lo que te gusta?
15. ¿Te cuesta expresar tu enfado y prefieres callar? Expresar opinión personal incluido el desacuerdo
16. Cuando no coincide tu opinión con la de los demás ¿te cuesta expresar lo que realmente piensas?
17. Cuando decides expresar a otros su postura o desacuerdo ante algún hecho, ¿te sueles sentir tenso/a o perder el control de tus emociones?
18. ¿Es poco frecuente que expreses tus opiniones, aceptando y atendiendo a los diferentes puntos de vista de los demás?

Miedo al rechazo
19. Ocultas tus sentimientos en muchas ocasiones por temor a ser rechazado/a?
20. ¿Acostumbras a callar y no expresar tus ideas u opiniones por temor a perder la simpatía de los demás?
21. ¿Temes a una reacción de rechazo por parte de los demás ante la oportunidad de expresar tu punto de vista sobre alguna cuestión?

Manejo de las críticas
22. Cuando te critican alguna actuación ¿Sueles sentirte abatido/a?
23. ¿Te sientes inseguro/a e incómodo/a al relacionarte con alguna autoridad?
24. Ante una crítica ¿Te acostumbras a defender justificándote o negando la evidencia?
25. ¿Tienes un bajo auto concepto de tí mismo?
26. ¿Te sientes incómodo al disculparte o admitir tu ignorancia en algún tema?

Hacer y aceptar cumplidos
27. Si te hacen un halago ¿Te sientes incómodo/a y tiendes a decir que será por el nuevo traje, peinado, etc.?
28. Cuando ves una amiga guapa o que ha hecho algo bien ¿te cuesta decírselo con facilidad?

Expresar amor, agrado, afecto
29. ¿Te cuesta expresar tu amor, decir lo que te gusta?

La capacidad de iniciar, continuar y acabar conversaciones
30.
¿Tomas la iniciativa para iniciar, continuar y acabar una conversación? ¿O aunque te aburran o tengas prisa aguantas estoicamente el”rollo”?















RESULTADO:
Si has contestado afirmativamente a varias de las preguntas es posible que te falten habilidades sociales suficientes para expresar tus deseos, formas de pensar, etc. De todas formas, considera que la asertividad no es un término dicotómico de todo o nada, sino que es una escala en la que se puede ser más o menos asertivo, y como es natural, mientras más asertivo seas más cómodamente te comunicarás con los demás.

Como tú mismo/a podrás apreciar, hay personas que tienen más dificultad al relacionarse con el sexo contrario, otros con defender sus derechos, otros en expresar emociones negativas, etc. Todas estas habilidades se pueden aprender con mayor o menor esfuerzo.

Este es un buen momento para que reflexiones y empieces a cambiar, poco a poco, aquello que no te gusta en tu mundo de relaciones. Que te hayas detenido a hacer este pequeño test y a pensar en estas cuestiones ya dice cosas buenas de tí. La posibilidad de empezar a cambiar lo que no te gusta, está en tu mano....mucho ánimo.
Dra. Elisa Urbano - Psicóloga, sexóloga y Terapeuta